Debemos tener en cuenta que realmente se trata de un sistema cómodo, de fácil instalación y que se amortiza en poco tiempo. El sistema consta básicamente de colectores solares térmicos colocados estratégicamente en el tejado o bien en una terraza en la que no dé sombra, siempre orientados hacia el Sur; el resto de la instalación se compone de un acumulador y una bomba de circulación.
La inversión inicial no es muy elevada, sin embargo los beneficios son múltiples. El ahorro de energía es ciertamente significativo, llegándose a un nivel del 60 % en tan sólo un año. Eso sí, las instalaciones sencillas se realizan para uso individual del hogar; en el caso de centros colectivos, tales como hoteles, campings, instalaciones deportivas o médicas, será conveniente la colocación de captadores solares, que, si bien requieren de una mayor financiación, salen igualmente rentables a corto y medio plazo.

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